martes, 7 de septiembre de 2010

¿Porqué a mí?



Hay situaciones que no controlamos, situaciones que nos han pasado por lo menos una vez a todos aquellos que no es que nos levantamos con el pie izquierdo sino que salimos de la matriz de nuestra madre con el pie izquierdo, situaciones que completan un mal día y ves a los lados esperando ver a Nelson haciendo su clásico "¡Ha-Ha!"




Hay quienes se estresan por haber tenido un mal día, contando los segundos para que termine. Personalmente yo me hago indiferente, mantengo la calma esperando llegar a casa y dormir. 

Y ahí estaba yo, luego de despedirme de todos en la oficina, avisando que no volvería más a trabajar y con un cheque algo inconforme en la cartera me disponía a abordar el ascensor y abandonar el edificio, por mi mente cruzó el usar las escaleras pero recordé que estaba en el PH de un edificio de 10 pisos.

Las puertas del elevador se abrieron y dentro se encontraba una señora mayor bastante sorprendida.


- ¡Ay! ¡Iba subiendo! - Dijo ella, debí ser muy expresivo con mi cara mientras pensaba "Si, eso suelen hacer, subir y bajar" porque en seguida agregó - Es que pensaba que iba bajando...


Desgraciadamente no entendí su sorpresa a tiempo, proseguí con mi indiferencia del día colocándome mis lentes oscuros antes del ascensor, ¿Me vería ridículo?, a lo mejor, pero a veces me sirve para evitar conversaciones innecesarias, solo quería llegar a mi casa.

Una vez en el ascensor y haber marcado PB entendí todo, y que ese paseo en ascensor se me haría largo. Un hedor llegó a mis fosas nasales, ¿Alguna vez jugaron con químicos?, un olor profundo a metano y azufre me congelaron en el sitio mientras sentía como las puertas del elevador se cerraban a mi espalda. La señora se había lanzado un pedo.

La miré a los ojos, pero ésta solo veía a la puerta, sabía que me había dado cuenta, era imposible no notarlo. Me escondí como pude en el rincón del ascensor mientras mis ojos lagrimeaban tras los lentes, decidí respirar profundo y no soltar el aire hasta llegar abajo.


- Eh... Joven, ¿Este edificio es solo de oficinas o también hay apartamentos?
- Oficinas... - Respondí intentando gastar la menor cantidad de aire, no le bastaba con asfixiarme sino que quería hacerme gastar el poco aire que tenia.


Un nuevo intento por evitar conversación me hicieron colocarme los audífonos de mi reproductor, mientras veía de reojo el conteo de pisos... 6... 5... 4...

Ya no aguantaba más cuando sentí el frenazo del ascensor, las puertas se abrieron y estaba a punto de salir corriendo cuando vi un letrero en la pared de fondo que decía "Piso 2". Una linda chica no me dejó escapar, abordó el ascensor llevándome por delante y marcando el piso haciendo que las puertas se cerraran rápidamente.

No le tomó mucho tiempo a la joven sentir el aroma que fumigaba ese pequeño cuarto, no le tomó mucho tiempo deducir quien había sido el culpable. Su belleza se difuminó en una expresión de total asco que me dirigió. 



Era la opción obvia, el joven de jeans, lentes y audífonos o la señora ejecutiva algo pasada de peso, discúlpenme pero eso es discriminación.

Recordaba haber visto a esa chama antes, era de esas que uno ve a veces y piensa "Mañana me vengo sin reloj, así le pregunto la hora y si no tiene la voz como Deedee o más gruesa que la mía la invito a salir". Nada como un malentendido para arruinar todas tus posibilidades con una chica.

El elevador por fin llegó a PB, como todo criminal culpable la señora, quien ya estaba bastante sudada por los nervios, fue la primera que salió disparada cuando las puertas aún no habían terminado de abrir. La muchacha me dijo algo antes de salir, no le entendí bien por mis audífonos pero no creo que hayan sido las "Buenas tardes".

Me gustaría decirles que hay una lección que aprender de todo esto, pero este es uno de los casos en que digo "¡No fui yo!" "¡No fue mi culpa!", y lo digo en serio... La gente debería cuidar más su alimentación...

No hay comentarios:

Publicar un comentario